Por fin! Después de un año de espera volvemos a Sejas. Ya desde la espera en el bus se notaban las ganas, ilusión y alegría de pasar 12 días en el mejor pueblo del mundo. Tras el viaje, que se hizo muy ameno gracias al intento de cantar de nuestros mayores, llegamos al albergue y empezamos a deshacer las maletas (unos con más arte que otros, monitores incluidos) y bajamos a comer. Tras eso, un rato de tiempo libre y empezamos a preparar los logos y actuaciones de cada patrulla que lucimos en la fiesta que ha sido una pasada, haciendo alguna que otra novatada, pero nada peligros. Por la tarde, comprobamos la temperatura del río Negro. Parece que por fin han hecho caso a Paco y han subido la temperatura del agua.
Dejamos esto por hoy. Mañana empezaremos con todo lo que nos espera
Good night
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